En 1999, una joven voz madrileña de 19 años se plantaba en Jerusalén para representar a nuestro país en Eurovisión. Sus armas: una potente voz y una desgarradora balada. Lo tenía todo para ganar pero algo se truncó. Quedó relegada al último puesto con tan sólo un punto que le brindó Croacia. Hoy, Lydia quiere hablarnos de su experiencia en Eurovisión y nos destapa cada luz y cada sombra de su paso por el certamen musical más conocido y longevo del mundo.
Me recuerdo muy joven. Se me vienen a la cabeza un escenario enorme, un público inmenso, una gran responsabilidad… Pero lo recuerdo con cariño. Fue una buena experiencia y me dio muchas tablas.
No lo decidí yo. Yo era muy joven y apenas sabía de qué iba esto. Fue decisión de mi discográfica y de TVE. Me eligieron a mí con “No Quiero Escuchar” y tuve que hacerlo. No me arrepiento, la verdad.
Sí, era mi mejor canción. Además aún la canto en directo cuando hago conciertos en solitario y la gente siempre habla bien de mi canción. Todavía nadie me ha dicho que no le guste. Así que creo que era una canción muy digna de representar a nuestro país.
Más que reaccionar, me sentí muy triste. Se había trabajado duro en nuestra candidatura. Mi productor por aquel entonces era Emanuele Ruffinengo, el mismo que el de Alejandro Sanz. Y nos dio mucha pena que no se valorase la calidad de una canción como “No Quiero Escuchar”. Pero, bueno, tampoco es que me quedara traumatizada con aquello. Fue una experiencia más.
No lo sé. Yo parto siempre de la opinión de que Eurovisión es un asunto político, no un evento musical. Muchas veces no se juzga la canción sino de que país viene. Se achacó mucho mi mal puesto al vestuario que llevé, pero no sé qué decirte… Hoy en día sacan vestidos más escandalosos y nadie se extraña. Igual fui una pionera en eso de llevar un vestuario extravagante en Eurovisión y pagué la novatada… No obstante, nuestro país en Eurovisión siempre es ignorado. No soy la única que ha quedado mal.
Te puedo decir que me pilló muy joven y yo no me daba cuenta de muchas cosas. Si me hubiera pillado esa experiencia con más edad, las cosas habrían sido de otra manera. Se criticó el vestuario, sí, que si era inapropiado, que si era un guiño a la bandera gay… En realidad, me pusieron ese traje porque Ágatha Ruiz de la Prada es una diseñadora conocida mundialmente y era un honor para TVE que su representante en Eurovisión llevase una de las creaciones de todo un mito viviente de la moda. Igual no iba muy acorde a una canción tan seria, pero tampoco entendí que se armara tanto revuelo. Ya te digo, peores son otras cosas que se ven hoy en día en el festival… De todas formas, se culpó al vestido entre otras cosas porque a algo le tenían que echar la culpa, ya que de la canción no podían hablar nada malo. La canción era magistral.
Pues seguramente sí, pero tampoco me preocupa. No he vuelto a darle vueltas a ese tema desde entonces. Eso sí, mientras siga habiendo televoto seguirán beneficiándose los países que se votan entre sí…
A mí me gustaba esa canción. Es buenísima. Yo creo que era la favorita de todos y era obvio que tenía que ganar.
Nunca me sentí incómoda ni insegura pero se notaba tensión en la atmósfera. Había conflictos relacionados con la OTAN y por la calle todo el mundo hablaba de ese tema. Impactaba escuchar a gente con tanto miedo. Y no sé si eso influiría o no en el festival. Es que, en realidad, yo a esa edad no estaba muy al tanto de problemas políticos y no me enteraba apenas de qué iba la cosa.
Sé que hay cantantes que quizás dicen que TVE no pone todo de su parte con respecto a Eurovisión, pero en mi caso no pude quejarme. Yo sí me sentí apoyada y bien promocionada. Canté en todos los programas que había en la cadena por aquel entonces, mi videoclip salía en antena a cada momento, mi canción sonaba en las principales emisoras de radio… Conmigo lo hicieron bastante bien, la verdad.
No hay fórmulas. No se sabe. De todas formas, España casi ni pertenece a Europa. Es decir, somos parte de Europa pero estamos distantes, quizás seamos más latinos que europeos… Y puede ser el motivo por el que nos cueste tanto alcanzar un top 5, por ejemplo.
No. Era muy seguidora hasta que participé. Es que me di cuenta, como he dicho ya, de que es un concurso con muchas connotaciones políticas, más que musicales. Y a mí me interesa la música, no la política.
De los últimos años, a mí me gustaba mucho el “Dime” de Beth (2003). Era una canción perfecta. Y, luego, me encantó la actuación de Pastora Soler con «Quédate Conmigo» (2012). Fue exquisita, todo un lujo para el festival.
No la vi. No sigo Eurovisión, como te dije antes. Sólo estoy informada de algunas cosas porque tienen más repercusión que otras… No sé qué tal lo hizo Ruth pero a mí personalmente no me gusta ella como artista.
Eurovisión hoy por hoy es un show, no se tiene en cuenta sólo la canción. Conchita es un personaje y supo hacer show dentro del show. Está claro que no pasaría desapercibida…
Sinceramente, a mí «Amanecer» no es que me apasione… No es una canción comercial (la mía tampoco lo era, qué conste) y no tiene un estribillo definido… Es una canción difícil. De todas formas, Edurne es una tía genial y una pedazo de artista, me cae súper bien y le deseo toda la suerte del mundo. Eso sí, a ella no le hacía ninguna falta meterse en esto de Eurovisión.
Hemos anunciado un paréntesis que no sabemos cuánto durará. Es que no se puede luchar contra natura constantemente. La música está muy mal. El panorama musical es nefasto y hemos tenido que trabajar en condiciones que no merecemos. Presuntos Implicados es un grupo que se ha ganado a pulso un nombre de oro en la música hispana y no queríamos ensuciarlo… Así que mejor que lo dejemos hasta que la cosa cambie. Mi relación con mis compañeros es maravillosa. Somos como hermanos.
Eso pretendo pero es difícil. Tengo un proyecto interesante pero antes de centrarme en él quiero acabar la gira que aún hay pendiente con Presuntos Implicados. Tenemos conciertos aquí y en América. Cuando vuelva me centraré en mi nuevo disco, que seguramente saldrá en 2016. Todavía es un proyecto pero quiero cuidarlo al máximo. Después de 20 años de carrera, procuro tomarme las cosas con mucha calma para que salgan bien.
No creo. No me apetece. Eso es un show y no prevalece lo musical, así que no va conmigo en absoluto.
Ante todo que disfrute, que haga amigos y contactos y que se prepare bien. También le recomendaría que no se preocupe demasiado por el resultado, es lo de menos. Y que tenga en cuenta que, quede como quede, ella ya es una estrella.
Yo a los eurofans los quiero mucho. Siempre me dan muy buenos momentos, son muy cariñosos conmigo. Me acuerdo mucho de aquel congreso al que fui. Me recibieron con los brazos abiertos, me hicieron un regalazo… Gracias por todo vuestro interés y vuestro aprecio. ¡Yo siempre estaré con vosotros!