Ingrid Peters, nacida el 19 de abril de 1954 en Dudweiler, es una popular cantante y presentadora alemana que representó a su país en Eurovisión 1986 con la canción “Über Die Brüke Geh’n”, obteniendo una honrosa octava posición. Hoy tenemos el placer de entrevistarle.
Es un placer. Intentaré contestar vuestras preguntas con la mayor honestidad.
¿Qué secreto? Realmente no lo sé. Todo lo que sé es que me encanta cantar en directo con músicos que también toquen en directo. Mientras haya gente que quiera escucharme, cantaré y disfrutaré haciéndolo.
Es verdad. Pertenecemos a una generación muy especial y me temo que lo que teníamos no volverá a repetirse. Para las nuevas generaciones es mucho más difícil alcanzar ese punto. Todo ha cambiado en el negocio de la música. Todo va mucho más deprisa y me temo que la música ha perdido un poco de originalidad. Ahora es muy fácil producir una canción, ya no es tan exclusivo. En nuestra época debíamos tener algo especial… nuestro aspecto, nuestra voz, el aura… lo que fuera. Hoy cualquiera puede acudir a un estudio, producir su canción y publicarla en todo el mundo por Internet. No sé, puede que esa sea la razón.
¡Ohhhh! Fue escalofriante… estaba totalmente confusa.
Me encantaba «Rücksicht»… esa letra y esa melodía… Me encanta seguir escuchándola cuando la pongo en la radio en mi programa semanal, y sigo encontrándola maravillosa. Si te digo la verdad, crucé los dedos por Günter & Michael Hoffmann y me alegré de que ganaran la preselección alemana… Lo merecían. ¿Qué si mi canción habría quedado mejor…? Nunca lo sabremos, pero no lo creo. Entre nosotros: es una buena canción, pero nunca la incluiría entre mis favoritas.
No hay mucho de lo que hablar. La canción me encantó desde el primer momento que la escuché. La demo venía en una pequeña cinta… ¿te acuerdas? Yo estaba de pie en la cocina mientras abría el sobre con manos temblorosas. Hans Blum me pedía a MÍ que cantase uno de sus temas… ¡Guau!… ¡El mismo hombre que había compuesto tantos éxitos en Alemania! ¡Guau!… Increíble. En realidad yo no quería participar otra vez en la preselección. Pero entonces escuché la canción y, después de los tres minutos, estaba claro que esa era mi canción (a pesar de que yo no fui la primera elegida por Hans Blum para cantarla). Tenía una melodía pegadiza y la letra me llegó al corazón. No era una simple historia de amor, tenía y sigue teniendo algo especial para mí.
En cuanto a la preselección alemana, intenté verla como un programa normal de televisión. Intenté evitar la excitación a mi alrededor, manteniéndome encerrada en el camerino todo el tiempo que pude. Me encantaba la canción más que otras que había interpretado en el pasado, y quería cantarla perfectamente sin perder un ápice de energía en entrevistas, hablando con mis colegas o los jefes de las discográficas, que pretendían enseñarte cómo cantar y moverte hasta el último minuto. Así es como soy… Me aislé antes del espectáculo y no quise hablar con nadie. Darlo todo… Ese era mi objetivo, y no si mi vestido era el adecuado, o mi pelo, color de labios o maquillaje estaban bien.
¡Ay, querido!… El vestido… Eso fue lo más para la gente que me rodeaba. Me encantaba, muchísimo, pero la falda estaba hecha de un material elástico que cada vez que caminaba se iba hacia arriba y me hacía ponerme nerviosa. 😉
Todo fue muy bueno. Un montón de gente amable alrededor, que querían lo mejor para mí y que permanecieron a mi lado cuando los necesité. Una experiencia maravillosa. Siempre que regreso a Bergen y me sobra un poco de tiempo me acerco al Grieg Hall. Hace algunos años coincidí con un taxista que me reconoció. Era un fan entusiasta del festival y pudo contarme todos los detalles. Fue muy divertido.
¡Oh, Valentin! No lo sé. Ella ganó, eso es un hecho. ¿Por qué? Si alguien supiera cómo ganar un concurso escribiría una canción, la interpretaría y ganaría. Pero nadie sabe el secreto. Puedo aceptarlo. Estaba claro que no iba a ganar yo, a pesar de ser número 1 en las casas de apuestas británicas. Y nunca he tenido ningún problema con el resultado. Estaba feliz con mi octava posición, que era un resultado brillante, comparado con lo que vendría en los años siguientes. Y la canción sigue todavía viva. Gente de todo el mundo la conoce y eso me hace estar muy agradecida.
La canto en todos los espectáculos y siempre que lo hago siento algo en mi corazón. ¡Gracias, Hans Blum, por esta maravillosa canción!
No me retiré, me tomé un descanso y me aparté del negocio musical y las grabaciones. Seguí ofreciendo conciertos y espectáculos, pero no produje nada nuevo. Hubo muchas razones para ello: problemas con la compañía discográfica, mi hijo de cuatro años, un matrimonio que se rompía y demasiados espectáculos. Tenía que parar… Y eso fue bueno para mí, mi familia y mi carrera. Después de algunos años comencé de nuevo, sabiendo lo que quería y escribiendo mis propias letras y, en ocasiones, componiendo también las melodías. Empecé a producir, siendo independiente de los deseos de las compañías discográficas… Libertad ante todo, perfecto para mí.
De nuevo, hay un cambio en mi vida. Mi último álbum lo publiqué hace ya dos años. Ya es la hora de un nuevo proyecto. Estoy trabajando en él y necesito un año más para que vea la luz. Odio trabajar bajo presión, así que me tomaré mi tiempo. Calidad en vez de cantidad…, ese es mi lema.
¡Sí, sí, sí, me encanta! Me encanta el país, me encanta la música. Por eso conoces “Spanischer Wahnsinn”. Siempre soñé con cantar una canción así. Soy una gran fan de David Bisbal y de su segundo (creo) álbum, “Bulería”. Me gusta mucho la música de Pablo Alborán y también de muchos otros cantantes españoles. Luis Miguel (ok…, ya sé que no es español…), ¡pero qué cantante! Voces que penetran por debajo de la piel…
Como ya te he dicho, estoy trabajando en un nuevo álbum. También de gira por Francia, con mi guitarrista. Y, también, disponiendo del tiempo suficiente para dedicarlo a mis aficiones…
Ha sido un placer. Espero que disfrutéis y lo paséis bien con la entrevista.